Bueno, creo coincidir contigo, Alberto, y con otros en que esto nuestro no siempre parece una democracia como debiera ser. Yo, en cuanto a lo que dices al principio sobre el espejo y el reflejo, pienso que los políticos han de ser honrados, íntegros (además de competentes), y parecerlo; pero temo que no sean pocos quienes ni lo parecen ni lo son. Claro, puede que los ciudadanos no seamos siempre ejemplares; sí, puede ser. Pero es que la ejemplaridad hay que pedirla sobre todo a los gobernantes, diría yo.
Estoy convencido de que hay buenos políticos en los dos partidos que citas (y en el resto); pero, observando los de primera fila (los que más aparecen en los medios), se explica bastante bien, me parece a mí, una parte de la indignación ciudadana.
No obstante, en mis reflexiones enfocaban sobre todo el descaro de no pocos de los políticos que aparecen en los medios. No sé si serán efectivos, competentes, buenos gestores (me faltan datos seguramente); pero descarados, cínicos, manipuladores, hipócritas, demagogos, falaces… sí que me lo parecen algunos, dicho sin ánimo de generalizar.
En fin, a mí me gustaría que todos fuéramos más prudentes, sinceros e íntegros, pero sobre todo los gobernantes de lo público y lo privado. La corrupción existente me parece excesiva, en cantidad y calidad (por decirlo así), pero ya sería cosa grave aunque fuera reducida. Pepe (José Enebral).